Iker Larrauri Prado, museógrafo mexicano

18 de diciembre de 1929 – 11 de enero del 2021

La trayectoria de Iker en el campo de los museos se inició en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), dependencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), institución que hasta la primera mitad de la década de los años cincuenta del siglo pasado ofrecía estudios en museografía. Tuvo como compañeros a otros dos destacados museógrafos: Mario Vázquez y Alfonso Soto Soria. Como parte de las prácticas escolares viajó a Palenque con el doctor Alberto Ruz Lhuillier quien coordinaba un importante proyecto arqueológico en la zona maya en los años 1953 y 1954. A su regreso Covarrubias le propuso reproducir, en el antiguo Museo Nacional, la Cámara de Palenque, así como la restructuración de algunas salas de exposición por la salida de las colecciones de historia a las instalaciones del Museo Nacional de Historia – Castillo de Chapultepec, inaugurado en 1944.

El doctor Eusebio Dávalos, entonces director del INAH, le otorgó una beca en el año de 1955 para viajar y visitar los mejores museos con objeto de conocer sus entrañas y funcionamiento, a fin de ampliar sus conocimientos y técnicas de exhibición. Al siguiente año viajó a Paris a la sede de ICOM donde tuvo contacto con importantes museólogos como George Henri Riviere y recopiló información en el Centro de Documentación. En el INAH logró un desarrollo importante, a inicios de la década de los años sesenta del siglo pasado fue parte del equipo que intervino en la planeación del nuevo Museo Nacional de Antropología. A inicios de los setenta fue invitado a colaborar con otros destacados profesionalles de museos, como sus excompañeros de la ENAH y el arquitecto Felipe Lacouture Fornelli para organizar el programa de los Cursos Interamericanos de Capacitación Museográfica México-OEA, donde nos formamos varios museógrafos de América Latina y Caribe. Posteriormente, de 1996 a 1997 fue parte del equipo que planeó un nuevo programa de la maestría en museología que desde entonces se imparte en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete”.

En estos años el director del INAH el doctor Guillermo Bonfil Batalla lo nombró director de Museos y Exposiciones, época en la que empezó a fortalecer su red de museos; en esta dirección surgieron proyectos importantes como los instalados en las cabeceras de algunos estados de México, así como museos comunitarios y museos escolares.

Su participación en el ICOM fue comprometida, él fue el fundador del ICOFOM-México.

Al concluir su responsabilidad administrativa en 1977, junto con algunos compañeros de la entonces Dirección de Museos y Exposiciones fundaron Museográfica, una de las primeras empresas particulares dedicadas a la museografía. UNESCO a través del ICOM empezó a requerirle asesorías para una diversidad de museos como el museo de Kuwait; al equipo que Iker se integró para esta misión le correspondió evaluar el edificio, la colección y la definición de temas. Por otro lado, a los asesores les tocó trabajar en otros proyectos como el del nuevo museo egipcio, en el Museo de Nubia en Asuán, y en un programa arquitectónico para ampliar el Museo Faraónico, ya que el Banco Mundial donaría los fondos para fortalecer un recurso de atracción turística. Participaron también con un proyecto para la reestructuración del Museo del Louvre y en el Museo Olímpico de Lausana, Suiza su trabajo recibió el reconocimiento de la Orden Olímpica por el Comité Olímpico.

En el interior del país Museográfica dejó importantes proyectos como el Centro de la Ciencia en Sinaloa y el Museo de Antropología de Xalapa, Veracruz.

Iker fue un profesional de museos muy reconocido, un maestro, amigo, una persona sencilla y muy querida por todos. Su partida nos duele. Sirvan estas líneas como un reconocimiento a su importante trayectoria.

Carlos Vázquez Olvera, 13 de enero del 2021